Ningún trabajador, o muy pocos, ven la prevención de riesgos laborales como una herramienta que les facilite el trabajo y, lo más importante, como una garantía para mejorar su seguridad laboral.
Pero, ¿por qué ocurre esto en la sociedad española? Unos le echan la culpa al sistema que no es el adecuado, otros a los empresarios, pero en el fondo es algo más sencillo. No se trata de buscar culpables, se trata de concienciar a los trabajadores de los peligros. Los técnicos de prevención no tratamos de complicarles la vida, que es así como ellos nos ven. Es todo lo contrario. Y, ¿cómo conseguimos que no nos vean como el enemigo público número uno?
Hay que cambiar la mentalidad pero eso es algo muy difícil cuando son personas mayores. Se puede conseguir si se les enseña, desde pequeños, la importancia que tiene la prevención de riesgos y lo útil que es para sus vidas. Igual que hay clases de educación sexual o de técnicas de estudio, debería haber una de prevención de riesgos laborales, en la que se enseñe a los estudiantes el verdadero objetivo de la prevención.
A los estudiantes es fácil enseñarles, pero ¿qué ocurre con las personas que llevan trabajando toda su vida? Éstas son el verdadero desafío al que se enfrentan los técnicos de prevención. No adoptan las medidas de seguridad porque sean conscientes de los peligros, sino porque es obligatorio. Entonces la finalidad de la prevención, que es mentalizar a los trabajadores de los peligros, no se está cumpliendo. No sirve de nada hacer las cosas por obligación cuando en el fondo estás pensando que no te es útil.
Es un problema de cultura, de forma de pensar, que hay que empezar a cambiar desde ya, enseñando a las futuras generaciones desde pequeños y buscando nuevas formas de concienciar a los mayores de la importancia de la prevención y la seguridad en el trabajo.
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